El Monasterio de Monjas Privado de la Orden de Santa Catalina de Siena –nombre original– fue construido en un terreno de alrededor de 20 mil metros cuadrados para albergar a las hijas de las familias más distinguidas de Arequipa .Fue un convento de clausura absoluta hasta 1970, cuando las monjas deciden vivir en comunidad y dejar sus claustros para que sean visitados por los turistas.
El convento de Santa Catalina es una pequeña ciudadela construida en barro y sillar con magníficas pinturas al fresco que ocupan un área de 20 mil metros cuadrados y se divide en cuatro barrios, tratando de emular la distribución urbana arequipeña de los primeros años de la Colonia.
El Virrey Francisco Toledo, durante su visita a Arequipa, fue informado por el Cabildo, sobre su deseo de años atrás, de fundar un monasterio de monjas. Ello lo motivó a otorgar las licencias necesarias para la fundación del “Monasterio de Monjas Privado de la Orden de Santa Catalina de Siena”. Y gracias a la donación de los bienes de doña María de Guzmán, viuda de don Diego Hernández de Mendoza. Ella fue la primera priora del monasterio, cargo que ejerció durante los seis primeros años de funcionamiento. Su construcción se llevó a cabo rápidamente y en 1579 se declaró como inaugurada